Jerom se levantó de su asiento nada más oír mis palabras, y Leo y yo nos preparamos para lo peor. Por suerte, se lo pensó mejor y se volvió a sentar, mientras pensaba desesperadamente en una forma de salir del embrollo en el que se había metido.
- ¿Por qué lo hiciste, Jerom?
- ¡Yo no he hecho nada!
- Te vi; fuiste tú
- No... fue el otro hombre... el del coche - Jerom parecía dudar al verse acorralado
- Te vi agacharte y trastear algo bajo el coche. La bomba. Tú la activaste
- Sí, pero... ¡ese no era el trato!... ¡ese cabrón me la jugó!
- ¿Quién?
- ¡El hombre joder, el hombre!
- ¿Qué pasó exactamente?
- ¡Déjame en paz!
- Cuéntamelo o iré directo a la policía a dar tu nombre y contarles lo que has hecho
- ¡Yo no he hecho nada! - Estalló el italiano
- Has... - la frase se cortó en mi boca antes de estar acabada cuando vi que Jerom tomaba una resolución y se abalanzaba sobre mí
Lo cierto es que cuando me agarró del cuello me asusté un poco, pero saber que la policía estaba detrás de la puerta escuchando resulta bastante tranquilizador, la verdad.
Nada más oír el barullo entraron tres hombres en la sala y lo apartaron de mí antes de que la cosa llegase a mayores - "¡Ha admitido que estaba en el descampado y que activó la bomba! Lo tenemos" - Escuché que gritaba el padre de Leo por encima del ajetreo que generaba Jerom al resistirse mientras se lo llevaban a rastras
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