lunes, 29 de noviembre de 2010

Una tarde rara

Hoy a las 4:30 fui a reunirme con Leo, el chico que me mandó el mensaje para ver el piso.

La cosa empezó mal. Para empezar, me perdí yendo :P (Calle Panadero 221 2º, que no se me olvide otra vez) pero no pasa nada, porque Leo llegó aun mas tarde que yo (35 minutos exactamente; llegó justo mientras yo miraba la hora)

Hasta ahí todo normal.

Nos dimos  la mano.

Yo dije “Buenas”

Él dijo “Hola. ¡Mira por donde! yo también juego al futbol de vez en cuando, aunque siempre de portero”

Yo dije “… Oh” (me quedé un poco descolocado ante lo que debió ser el saludo más raro de la historia)

“Bueno, ¿subimos?” - y enfiló hacia el portal como si nada

Claro, yo me quedé un rato parado, pero en seguida me puse a seguirle, preguntándome si nos conoceríamos de algo (tal vez también es de Elche y me ha visto alguna vez jugando).

Subimos en el ascensor (por cierto, cosa curiosa, los números del ascensor son letras 1=A, 2=B…) y nos dispusimos a subir. En el ascensor me dijo algo del estilo “siento llegar tarde, pero mi reloj también está estropeado y no tenía ni idea de la hora”

Yo estaba cada vez más confuso, así que le pregunté si nos conocíamos de algo, lo que hizo que pusiera cara de sorpresa; luego me dijo que lo sentía que lo hacía sin darse cuenta y que si decía algo fuera de lo común, que se lo dijese (Claro, lo primero que se me pasó por la cabeza fue que yo estaba en un espacio de poco más de 1 metro cuadrado con un loco xD)

En fin, vimos el piso (que no está nada mal) y de allí nos fuimos a comer algo (Estará loco, pero se ve que conoce todos los restaurantes de la ciudad, lo cual es un punto a su favor como compañero de piso en potencia; además, invitó él) Una vez nos sentamos, me preguntó si lo que me había dicho me había molestado, a lo que le contesté que no, que simplemente me había extrañado, y le volví a preguntar si nos conocíamos de algo.

“Que va, deja que te explique” – me respondió – “lo que pasa es que desde que tengo memoria se me ha dado bien fijarme en detalles que el resto de la gente pasa por alto, y una vez tengo esos detalles delante de las narices, se me hace muy fácil deducir cosas de ellos. Por ejemplo, sé que eres diestro por el nudo de tus zapatos, además, mientras llegaba te vi mirar la hora en el móvil, y usabas la derecha”

“¡Ya, pero de ahí a saber lo del futbol y lo del reloj!”

“¡Pero si ha estado tirado! En cuanto vi tus deportivos, me di cuenta de que estaban bastante gastados, pero el derecho mucho más que el izquierdo; de lo que deduje que jugabas al futbol a menudo (y se reforzó el hecho de que eres diestro). Además, sabía que no eras portero porque en ese caso la diferencia de desgastes no sería tan exagerada”

“No tiene por qué; podrían ser de mi padre y que yo se los haya cogido hoy”

“Que va; te has emancipado hace poco, así que dudo que sean de tu padre, en todo caso serían de un amigo, pero no lo son, porque tienes rozaduras en los talones que encajan con los deportivos” – Creo que tardó un poco en darse cuenta de mi cara, pero en seguida reaccionó – “y que te has emancipado era obvio porque buscas piso y se nota que aun no dominas eso de planchar” – soltó una risita – “En cuanto a lo del reloj, se nota por la marca del moreno en tu brazo izquierdo (con la que el hecho de que eres diestro ataca de nuevo) que siempre usas, pero hoy no lo llevas; o sea que o está estropeado o se te ha olvidado, y lo más probable era lo primero, así que me la jugué con un comentario ambiguo, pero parece que acerté” – me sonrió
La verdad es que yo estaba fascinado; desde siempre me han gustado las historias de detectives, y de repente, tenía delante a Sherlock Holmes en persona, y así se lo dije, lo que le provocó una carcajada enorme que yo no supe entender.

“Es que me acabo de dar cuenta de algo; ¡creo que ese piso está destinado a ser nuestro! ¡Lo tengo decidido!” – Aun no he entendido del todo sus palabras, pero el caso es que el piso está muy bien, y una vez pasada la frontera de la sorpresa, Leo es una compañía muy agradable; echamos el resto de la tarde deduciendo cosas de la gente que pasaba por el otro lado del cristal de la cafetería.

La verdad es que el piso está muy bien; creo que me lo quedo.

1 comentario:

Luray dijo...

Ha estado bien la entrada. Quizá mucha información de golpe, pero está bien, es una manera de hacer ver que Leo habla deprisa y sin preocuparse de si lo entiende.

En cualquier caso, tendrías que haber empezado con una descripción física de él, ¡yo quiero saber como es!

En fin, muy buena, voy a seguir leyendo las demás.